Acerca de
De rayos negros por Pablo Seguí
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Un tren atraviesa los pronombres (el yo; el vos; el nosotros; el ellos). Une y separa dos puntos de la tierra pero también habla a través del tiempo, de los años y del recuerdo. Alguien, yendo de la vida a los libros, de los libros a la vida, reúne poemas que son un homenaje secreto formulado a la vista de todo el mundo. Porque le habla a otra persona, porque sólo musita para sí mismo frases como mojones de sentido, contundentes, de una cansada ironía, es que “De rayos negros” ha sido escrito para todos y para ninguno. Se sabe: no sólo los cuerpos y sus memorias y mentiras sino también los versos mismos que ya ni siquiera intentan entretejerlos se perderán, más tarde o más temprano, para siempre. Alberto Cisnero, en tal sentido, cifra en la actividad misma del escritor una clave más para entender la vida dentro de la vida misma: sin mayores esperanzas ni afanes elabora metáforas e imágenes que llegarán y no a destino. Visión de los claros de luz y las fauces de oscuridad de un tren que atraviesa un túnel, allá vamos.
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